Alzheimer: causas, diagnóstico y tratamiento

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

En España hay más de medio millón de personas con Alzheimer y esta cifra se incrementa cada año. Las repercusiones de esta enfermedad son devastadoras para quien la padece y para su entorno.

En este escenario resulta clave impulsar la investigación sobre Alzheimer para frenar su imparable evolución. Sin embargo, a medida que se avanza en este terreno se hace más evidente lo poco que sabemos sobre la enfermedad. Cada descubrimiento crea nuevos interrogantes. Es importante ser cauteloso y escéptico con las conclusiones y las falsas esperanzas que parecen desprenderse de algunos estudios.

Sin embargo, algunas investigaciones están abriendo nuevas líneas que pueden llevarnos a conseguir esclarecer las causas, la detección, el tratamiento o la prevención de esta enfermedad.

¿Se conocen las causas del Alzheimer?

Donde resulta más evidente el desconocimiento de esta enfermedad es en la identificación de sus causas. Se considera que en el desarrollo del Alzheimer probablemente intervengan factores genéticos y ambientales.

Alzheimer: causas, diagnóstico y tratamiento

El deterioro que provoca la enfermedad se debe a que muchas neuronas (células nerviosas) no son capaces de comunicarse entre sí, pero las causas de esto aún no son del todo conocidas.

Explicado de una manera sencilla:

En el cerebro de las personas con Alzheimer se acumulan ciertas proteínas que forman placas e impiden a las neuronas comunicarse entre sí. Estas proteínas tóxicas tendrían que ser limpiadas por nuestro sistema inmunitario, pero con el Alzheimer algo no funciona bien y esos tóxicos se acumulan dentro y fuera de las neuronas, impidiendo su correcto funcionamiento.

Ciertos estudios apuntan a que el mismo sistema autoinmune reacciona de forma descontrolada, lo que hace que además mate neuronas sanas. Para algunos esta desregulación inmunológica causa la enfermedad, mientras que para otros solo es consecuencia de la misma. Algunos expertos consideran al Alzheimer una enfermedad autoinmune que puede venir provocada por mutaciones genéticas o exposición a ciertos tóxicos. Otras investigaciones señalan que las posibles causas de la enfermedad de Alzheimer puedan tener que ver con un agente infeccioso externo o incluso un contagio por medio de material quirúrgico infectado. Un grupo de científicos internacionales entre los que se encuentra el profesor español Luis Carrasco abogan por seguir esta línea de investigación.

¿Se está avanzando respecto al diagnóstico del Alzheimer?

Los expertos coinciden en que las investigaciones sobre el Alzheimer deben centrarse sobre todo en la detección precoz de la enfermedad, es decir, cuando aún no se han manifestado los primeros síntomas o cuando el deterioro cognitivo es leve. El Alzheimer se enmarca dentro de las llamadas enfermedades neurodegenerativas porque en el sistema nervioso central de los afectados, las células mueren progresivamente. Diagnosticarlo rápidamente puede llevarnos a tratamientos mucho más eficaces para frenar su deterioro.

Pruebas diagnósticas:

Aún no existe una prueba que permita concluir sin lugar a dudas que alguien tiene Alzheimer. Por lo tanto, la valoración de la enfermedad se realiza de forma clínica observando y tratando de descartar otras causas que provoquen los signos y síntomas que presenta el paciente (La Tomografía por Emisión de Positrones (PET), El análisis del líquido cefalorraquídeo, escáneres cerebrales, test cognitivos y muestras de saliva)

¿Cuáles son los tratamientos más punteros?

 Los tratamientos contra el Alzheimer que existen en la actualidad están orientados sobre todo a paliar los síntomas y a retrasar el deterioro de las funciones mentales. Actualmente no existe ninguna intervención para curar la enfermedad; a pesar de que, de vez en cuando, se cuente en los medios que se ha encontrado un remedio definitivo.

Los tratamientos farmacológicos están orientados a prevenir o retrasar la enfermedad, pero no a curarla. Algunos fármacos parecen producir mejoría en ciertos procesos cognitivos y en las alteraciones conductuales que caracterizan al Alzheimer, pero suelen tener más éxito en las fases iniciales de la enfermedad. Sin embargo, no demuestran un efecto positivo cuando llevan utilizándose un largo tiempo o la persona se encuentra en fase moderada/grave.

Alzheimer: causas, diagnóstico y tratamiento 1

Las terapias no farmacológicas

 Estimulación cognitiva clásica, fisioterapia, terapia ocupacional, musicoterapia, orientación a la realidad, laborterapia, wii-terapia, canino-terapia… Contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas y ayudan a potenciar los efectos de la medicación

 Pero, estos tratamientos ¿resultan realmente efectivos?

Existen suficientes evidencias para afirmar que este tipo de intervenciones retrasan el deterioro funcional de las personas con Alzheimer, así como su necesidad de institucionalización y mejoran su calidad de vida. Pero evidentemente no curan.  Respecto a la estimulación cognitiva -una de las terapias no farmacológicas más utilizadas-, se ha comprobado que causa un efecto beneficioso sobre las puntuaciones de las pruebas de memoria en los pacientes con demencia (no solo con Alzheimer), pero no hay evidencias de mejoría en el estado de ánimo de los participantes ni en la capacidad de cuidarse por sí mismos.

Sobre el autor

Ramón Rubio Lucio

© Atam para el Apoyo Familiar 2020