Crisis epiléptica: cómo actuar para ser más eficaz

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

La mayoría de las personas no saben cómo enfrentarse a una crisis epiléptica. Nuestros profesionales de Equipo Clínico explican en este artículo la mejor forma de ayudar a la persona que lo está sufriendo. 

 

Las crisis epilépticas son síntomas de una disfunción cerebral en la que se produce una descarga eléctrica repentina y descontrolada de un grupo de neuronas localizadas en la corteza cerebral. Las manifestaciones clínicas son muy variables dependiendo de la zona que se encuentre afectada y del tipo de crisis sufrida.

Una de las más habituales es la crisis generalizada tónico-clónica, en la cual se produce pérdida o disminución de la conciencia con movimientos musculares descontrolados. En algunos casos los pacientes pueden notar sensaciones previas a la crisis como olores o sabores extraños, lo cual se denomina aura.

Las crisis epilépticas son autolimitadas en el tiempo. Con una duración de segundos o pocos minutos, pueden ser seguidas de un periodo variable de recuperación en el que se puede presentar déficits motores, sensitivos o cognitivos, siendo lo más habitual cierta desorientación.

Aunque las crisis convulsivas son autolimitadas en el tiempo, es decir, que van a ceder espontáneamente sin que tengamos que hacer nada, es necesario conocer una serie de recomendaciones para evitar posibles complicaciones que se pueden dar durante las mismas.

Lo primero que vamos a tener que hacer es saber reconocer cuando alguien está sufriendo una crisis convulsiva para poder ayudarle.

 

¿Cómo saber si alguien está sufriendo una crisis?

 

  • Cuando alguien sufra una pérdida de conciencia de forma súbita.
  • Muestre rigidez muscular o movimientos corporales bruscos en forma de sacudidas.
  • Si mantiene la mandíbula apretada, cara enrojecida, ojos en blanco o realice movimientos faciales repetitivos (Ej: chuparse el dedo).
  • Si se produce relajación de esfínteres (se orina o defeca encima) o expulse espuma o sangre por la boca.

Otro elemento a tener en cuanta es que, al finalizar la crisis, la persona puede estar desorientada un rato.

 

¿Qué hay que hacer ante un ataque epiléptico generalizado?

 

Lo primero, hay intentar evitar que la persona sufra una caída y se pueda golpear en la cabeza. Por lo que intentaremos colocarle en el suelo y pondremos algo blando debajo de su cabeza (almohada, manta doblada, ropa, etc).

Siempre que sea posible, hay que intentar colocarle de lado para evitar que se pueda ahogar. Sobre todo si en algún momento la persona comienza a vomitar o expulsar sangre por la boca.

Es importante también apartar los objetos cercanos con los que se pueda golpear. Aflojaremos las prendas de ropa que le puedan comprimir el cuello y cintura como corbata, bufanda o cinturón. Habrá que registrar el tiempo de duración de la crisis, dado que si dura más de 5 minutos será necesario avisar a los servicios de emergencias.

Tras ceder la crisis, permaneceremos con la persona hasta que recupere la conciencia por completo. Si permanece inconsciente unos minutos la colocaremos en la posición lateral de seguridad para evitar que se pueda atragantar.

 

¿Qué NO debemos hacer en estos casos?

 

  • No debemos intentar sujetar fuerte con la intención de evitar las sacudidas.
  • No hay que introducirle ningún tipo de objeto en la boca para evitar que se pueda morder, así como intentar administrar cualquier tipo de líquido o sólido en esos momentos.
  • No nos iremos del lado de la persona hasta que se recupere completamente.

 

Es importante saber que no va a ser necesario avisar a una ambulancia o acudir a urgencias en todos los casos en los que una persona sufra una crisis epiléptica.

 

Crisis epiléptica: llamada a los servicios de emergencias

 

Es importante avisar a los servicios sanitarios de emergencia si es la primera crisis epiléptica que sufre la persona o se acompaña de fiebre o signos de estar enfermo. Si la crisis dura más de 5 minutos o no recupera la conciencia pasados diez minutos, habrá que avisar a una ambulancia.

También es importante contar con un diagnóstico médico si se producen varias crisis repetidas en un periodo corto de tiempo, o si durante el ataque se ha producido algún tipo de lesión.

Por supuesto, si la persona tiene dificultades para respirar o realizar una función vital o si se trata de un niño, es mejor avisar a emergencias.

Aunque los avances y la tecnología cada vez nos ayudan más a prevenir estas patologías, es de gran utilidad tener presente estas recomendaciones y conocer también los síntomas que pueden alertar de estar sufriendo una crisis epiléptica. Reaccionar bien y a tiempo siempre es lo mejor ante cualquier problema de salud. Consultar con los especialistas, tomar la medicación prescrita y mantener unos hábitos saludables, el mejor de todos los consejos.

 

Sobre el autor

Dr. Luis Olivares Gerechter

Psiquiatra del Equipo Clínico de ATAM

© Atam para el Apoyo Familiar 2020