Fatiga pandémica y salud mental

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

Hace más de un año que la OMS declaró la situación de pandemia mundial y nuestras vidas dieron un giro de 180 grados. Seguimos teniendo que recurrir a confinamientos, restricciones de movilidad y limitaciones en nuestros horarios. Todo ello puede hacer que nos sintamos cansados y desmotivados, no solo para realizar algunas de nuestras actividades diarias. Incluso para cumplir con las medidas de protección y recomendaciones de seguridad recomendadas. A todo esto es a lo que llamamos «fatiga pandémica».

 

¿Qué es la fatiga pandémica?

 

A finales del 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) acuñó el término «Fatiga pandémica». Posteriormente el Consejo Interterritorial de Salud ha decidido redefinirlo como “una reacción de agotamiento frente a una adversidad mantenida y no resuelta, que aparece de forma gradual en el tiempo y puede conducir a la alienación y a la desesperanza”. Según se define esta fatiga, está afectada por emociones, experiencias y percepciones. Así como por el contexto social, cultural, estructural y legislativo. Aunque se trata de una reacción individual, los estados reconocen su responsabilidad en el abordaje de los factores que conducen a la misma.

Por todo ello nos podemos sentir apáticos y cansados, con nerviosismo ante las nuevas rutinas que nos ha implantado la pandemia. Además de la sensación de desesperanza, irritabilidad y frustración generalizada. Esto puede hacer que descuidemos nuestra propia salud, tomando decisiones que nos ponen en riesgo y presentando diferentes problemas tanto físicos como psicológicos.

 

¿Cómo nos está afectando?

 

Aproximadamente la mitad de los jóvenes de 20 años se ha visto afectado por estos síntomas. Esto indica diversos estudios y encuestas realizadas durante este último año. El 46% de la población española manifestó un aumento del malestar psicológico durante el confinamiento. Un 44% señala que ha disminuido su optimismo y confianza. En la encuesta realizada por la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) el 72,1 % de los estudiantes señala la salud mental como su principal preocupación generada por esta crisis.

 

¿Cómo puedo evitar la fatiga pandémica?

 

Necesitamos ser conscientes de que el estrés y agobio que sentimos es algo normal. Por lo que no tenemos que intentar reprimirlos, pero sí aceptarlos y manejarlos. Es necesario que aprendamos a conocernos a nosotros mismos para poder entender que es lo que nos está sucediendo. Así podremos tomar las medidas oportunas. Tendremos que centrar nuestro pensamiento en el aquí y en el ahora (como señala nuestro compañero en este vídeo sobre Mindfulnes), pudiendo buscar momentos en los que retomemos actividades de ocio y/o deporte que nos ayuden a poder desconectar y disfrutar. En estas circunstancias va a ser fundamental apoyarnos en nuestras familias, amigos y parejas.

A día de hoy no podemos prever lo que va a suceder, hay una constante incertidumbre. Por ello, no podemos “sobrevivir” el día a día pensando en cuándo llegarán las próximas vacaciones. Necesitamos poder encontrar esos pequeños momentos de forma mucho más frecuente, a poder ser incluso de forma diaria. Vamos a tener que reordenar nuestra lista de prioridades para poner nuestra salud -física y mental- en primer lugar.

Puede que con todas estas medidas no consigamos disminuir la sensación de agobio y ansiedad. Si esos sentimientos de agotamiento o desmotivación empiezan a interferir en nuestra capacidad de trabajar, estudiar o relacionarnos, sería necesario pedir ayuda profesional. La psicoterapia ha demostrado ser un apoyo eficaz en el abordaje de las consecuencias y dificultades que se están produciendo durante esta crisis sanitaria y social.

Sobre el autor

Dr. Luis Olivares Gerechter

Psiquiatra del Equipo Clínico de ATAM

© Atam para el Apoyo Familiar 2020