Insulina: claves para sacarle provecho

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

La insulina es una hormona producida por el páncreas, órgano vital para las personas que, entre otras funciones, ayuda a realizar una mejor digestión. Esta hormona tiene como principal función hacer que la glucosa que se obtiene de distintas formas se convierta en energía.

Esta peculiaridad ha hecho que se utilice con fines médicos y desde 1925 está disponible como fármaco. En los primeros años se extraía de animales, pero desde la década de los 80 es posible producir insulina humana sintéticamente.

 

Insulina y diabetes

 

Cuando alguien padece diabetes, puede ocurrir que a veces el páncreas no produce la insulina suficiente o que ésta no funciona correctamente (es lo que se conoce como resistencia a la insulina). Esta es la razón por lo que algunas personas con diabetes son insulino-dependientes, es decir, tienen que tomar la insulina como medicación para regular los niveles óptimos de azúcar (glucosa) en sangre.

Las personas con diabetes tipo I y algunas con diabetes tipo II necesitan usar insulina como tratamiento. Se puede administrar inyectándola o usando una bomba. Estas últimas solo están disponibles para personas que tienen diabetes tipo I.

 

Resistencia a la insulina

 

En algunas ocasiones, tanto la insulina que se produce como la que se inyecta no funciona adecuadamente en el cuerpo. A esto se le conoce como resistencia. Esto puede producir un incremento en los niveles sanguíneos de glucosa con el consiguiente efecto en la salud.

Esta resistencia se puede dar en individuos que tienen mucha grasa en la zona abdominal, aunque también se puede dar en otras situaciones. Por ejemplo, en la adolescencia, cuando las hormonas son aún impredecibles, puede darse también este fenómeno. En estos casos, no está relacionado con el peso y suele poder tratarse con medicación oral.

 

Diabetes tipo 1: cuando el uso de la insulina debe ser inmediato

 

Si se padece diabetes tipo 1 se debe usar insulina sin demora. Algunas personas pueden tener el nivel de azúcar muy alto al principio. Si los niveles continúan altos se puede desarrollar cetoacidosis diabética. Si no se trata, puede suponer un riesgo para la vida. El uso de insulina ayuda a reducir rápidamente los niveles de azúcar en sangre.

Algunas personas necesitan tomarla durante un periodo especifico. Por ejemplo, durante el embarazo, enfermedad grave o después de una operación. Es importante, además del uso correcto, mantener un estilo de vida saludable. Incluye actividad física regular, y una dieta saludable. La combinación de estos factores ayuda a disminuir las complicaciones a largo plazo de la diabetes.

 

Tipos de insulina: cómo administrarla

 

En la actualidad podemos distinguir cinco tipos diferentes de insulina que actúan de manera diferente y que están indicadas para situaciones clínicas diversas:

 

  • Insulina de acción rápida

Se debe usar antes o después de una comida. Actúa de forma muy rápida y usualmente se usa conjuntamente una insulina de acción intermedia o de acción larga. El efecto se nota a los 10 -15 minutos y duren una duración de 3-4 horas, con el pico de actividad a los 30 minutos.

  • Insulina regular

También llamada insulina soluble o cristalina. Es activa a los 30-60 minutos, alcanzado su pico a las 2-3 horas y con una duración de 5-7 horas.

  • Insulina de acción intermedia

Su duración es entre 10 -13 horas, un pico de acción entre 4-7 horas. Se utiliza como insulina basal.

  • Insulinas de acción lenta o prolongada

Su duración es de hasta 24 horas.

  • Insulinas combinadas

 

¿Qué modifica la acción de la insulina?

 

Como con cualquier medicación, hay que tener presente que hay factores externos que van a influir a la hora de administrar los diferentes tipos de insulina. Por ejemplo, la alimentación, factores medioambientales, factores sociales…

Así, la realización de ejercicio físico en la zona inyectada, el calor o la realización de un masaje en el área afectada va a favorecer la actividad de la insulina en nuestro cuerpo. Igualmente, el hecho de realizar la inyección en los brazos o el abdomen o hacerlo en dosis muy pequeñas van a acelerar esta actividad.

Por el contrario, poner frío sobre la zona de inyección, realizar un pinchazo muy superficial así como sobre las zonas de lipohipertrofia, glúteos o muslos van a retrasar su efecto.

 

Nuevos avances

 

En un futuro cercano contaremos con sistemas capaces de liberar insulina y glucagón según las necesidades. Recientemente la Unión Europea ha aprobado el uso de glucagón nasal para mayores de cuatro años y glucagón en solución, disponible en EE.UU. en jeringa precargada y con auto inyector. Estas nuevas formulaciones van a suponer un avance en el tratamiento de la hipoglucemia leve.

Para concluir, las líneas de investigación dirigida a la prevención de la DM, la protección de las células productoras de insulina para enlentecer la progresión de la enfermedad y el desarrollo de nuevas formulaciones de insulina van a contribuir a la mejora y optimización del control metabólico de las personas con Diabetes Mellitus. Los avances continuos de la ciencia y la apuesta por la tecnología en el campo de la salud nos dará cada vez más y mejores resultados para optimizar el uso de la insulina para incrementar nuestra salud y bienestar.

Sobre el autor

Dr. José Antonio García

Psiquiatra del Equipo Clínico de ATAM

© Atam para el Apoyo Familiar 2020