¿Cuándo es importante hacer una evaluación psicológica a mi hijo? Indicadores clave por edad

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

El desarrollo de los niños es un proceso único que abarca áreas fundamentales como el lenguaje, la motricidad, y las habilidades cognitivas y sociales. Como padre o madre, es normal preocuparse si tu hijo no sigue el ritmo esperado en alguna de estas áreas. Una evaluación neuropsicológica, logopédica o ocupacional puede ser crucial para detectar problemas de desarrollo y ofrecer el apoyo adecuado a tiempo. En este artículo te ayudamos a identificar los indicadores clave que pueden sugerir la necesidad de acudir a un profesional especializado, organizados según la edad de tu hijo.

 

¿Cuándo debo preocuparme? Indicadores por edad

 

De 0 a 3 años: Primeras señales de alerta

En los primeros tres años, los niños desarrollan habilidades esenciales como la comunicación, la interacción social y el movimiento. Algunos signos a observar en esta etapa incluyen:

  • Falta de contacto visual o interés social: Si tu hijo evita el contacto visual o no muestra interés por interactuar, podría ser una señal de dificultades en el desarrollo social.
  • No responde a su nombre: A los 12 meses, si tu hijo no responde cuando lo llamas, podría ser un indicador de problemas en su desarrollo.
  • Dificultades para calmarse: Episodios frecuentes de irritabilidad o dificultad para gestionarse emocionalmente pueden sugerir la necesidad de una evaluación.
  • Retraso en el lenguaje: Si a los 18 meses no balbucea ni dice palabras, consulta a un logopeda.
  • Problemas de alimentación: Dificultades para succionar, masticar o tragar podrían deberse a problemas motores orales.
  • Retraso motor: Si no gatea, camina tarde o tiene problemas con habilidades motoras básicas, un terapeuta ocupacional puede ayudar.
  • Sensibilidad a estímulos: Reacciones extremas o ausentes a sonidos, luces o texturas podrían indicar un problema sensorial.

 

De 3 a 6 años: Desarrollo más complejo

En esta etapa, los niños avanzan en habilidades de comunicación, motricidad y socialización. Si observas alguno de los siguientes comportamientos, considera una evaluación:

  • Dificultades de atención: Si tu hijo no puede concentrarse en actividades o no sigue instrucciones simples, una evaluación neuropsicológica puede ser útil.
  • Rabietas intensas y frecuentes: Las rabietas constantes o problemas de adaptación a cambios en la rutina son motivo de consulta.
  • Lenguaje poco claro: Si a los 5 años tu hijo aún tiene dificultades para hablar con claridad, un logopeda podría ayudar.
  • Problemas de motricidad fina: Dificultades para abotonarse la ropa o usar tijeras pueden requerir intervención ocupacional.
  • Sensibilidad a estímulos: Reacciones exageradas a luces o sonidos podrían interferir en su vida diaria.

 

De 7 a 12 años: Desafíos escolares y sociales

Durante la etapa escolar, los niños enfrentan mayores exigencias académicas y sociales. Si notas alguno de los siguientes comportamientos, es recomendable una evaluación integral:

  • Dificultades de aprendizaje: Problemas para retener información o aprender habilidades como lectura, escritura o matemáticas pueden requerir una evaluación neuropsicológica.
  • Problemas de conducta: Si tu hijo se aísla o tiene conflictos con sus compañeros, es importante identificar la causa.
  • Problemas de pronunciación: Dificultades para hablar con claridad o pronunciar ciertos sonidos pueden beneficiarse de una intervención logopédica.
  • Problemas de coordinación física: Tropiezos frecuentes o dificultades en deportes pueden ser indicativos de problemas de desarrollo motor.

 

De 12 a 18 años: Adolescencia y sus retos

Durante la adolescencia, los retos académicos, sociales y emocionales se incrementan. Si observas alguno de estos signos, una evaluación psicológica puede ser de gran ayuda:

  • Problemas de atención y organización: Si tu hijo tiene dificultades para gestionar tareas o mantenerse concentrado, una evaluación neuropsicológica puede ser útil.
  • Cambios emocionales extremos: Episodios frecuentes de ansiedad, tristeza o cambios bruscos de humor son motivo para consultar a un especialista.
  • Problemas de interacción social: Dificultades para mantener conversaciones o interpretar señales sociales pueden requerir apoyo psicológico.

 

Conclusión

Realizar una evaluación neuropsicológica, logopédica o ocupacional es fundamental cuando tu hijo presenta dificultades en su desarrollo. Detectar estos indicadores a tiempo permite ofrecer el apoyo adecuado y garantizar su bienestar. No dudes en consultar a un especialista si observas alguno de estos comportamientos.

 

Sobre el autor

María Laorden

Neuropsicóloga del Equipo Clínico de ATAM

© Atam para el Apoyo Familiar 2020