La depresión es un trastorno extremadamente frecuente en las sociedades occidentales. La presentación de los trastornos depresivos se da a cualquier edad. Puede tener manifestaciones diversas e incluye sintomatología psíquica, somática y también afecta al modo de actuar del individuo.
La afectación funcional permea todas las áreas en que actúa una persona. El rendimiento en el trabajo puede estar afectado debido a la falta de motivación, concentración y energía. En el ámbito social disminuye la interacción con amigos y conocidos, y existe tendencia al aislamiento. Se encuentra también una disminución del cuidado personal. La falta de disfrute hace que se reduzca el interés en realizar actividades de ocio en las que habitualmente el individuo participaba antes de la depresión.
Aunque se va teniendo un mejor conocimiento sobre la depresión, aún persisten actitudes negativas ante esta patología y, sobre todo, queda por resolver el grave problema del estigma tantas veces asociado a padecer depresión. Este puede llevar a la persona que lo sufre ocultar su sintomatología, a no confirmar su diagnóstico o no seguir un tratamiento.
Síntomas habituales de la depresión
La clasificación internacional de enfermedades CIE 10, en su última edición, divide los síntomas depresivos en dos bloques dependiendo de su importancia en el diagnóstico. Los síntomas deben estar presentes al menos durante dos semanas de forma continuada.
A
Bajo estado anímico.
Pérdida del disfrute de las actividades.
Disminución de la energía y de la actividad.
B
Disminución de la concentración.
Disminución de la autoestima.
Ideas de culpa.
Pensamientos negativos.
Ideas de autolesionarse.
Alteración de sueño.
Disminución del apetito.
Siguiendo esta clasificación, se puede categorizar la severidad de una depresión de la siguiente manera:
Depresión leve: al menos dos síntomas de A y al menos dos de B.
La depresión moderada: al menos dos de A y al menos 3 de B.
Depresión severa: todos los de A y al menos 4 de B.
Normalmente la presencia de síntomas biológicos indica mayor afectación funcional.
Síntomas biológicos:
- Sueño alterado.
- Sentirse peor por la mañana.
- Pérdida de peso.
- Disminución de la libido.
- Despertar temprano.
Grados de la Depresión
La depresión se puede presentar con diferentes grados de severidad. A veces comienza de una forma moderada y, si no es tratada, progresa hacia formas más graves. La forma más extrema es la depresión psicótica. Este tipo de depresión se caracteriza por la presencia de delirios y alucinaciones auditivas con contenido negativo. Los delirios pueden ser de contenido relacionado con la condenación, con la ruina económica o la perdida de la salud.
Una forma grave es el llamado síndrome de Cotard, que se caracteriza por la presencia de delirios de contenido extremo en los que la persona piensa que sus intestinos están putrefactos, que están muertos o que su familia ha desaparecido.
Afortunadamente existen tratamientos efectivos para este tipo de depresiones severas. Siendo la terapia electroconvulsiva extremadamente efectiva, o la combinación de antidepresivos y antipsicóticos de forma eficaz.
En sociedades donde conviven diferentes culturas es importante tener un conocimiento de la psiquiatría transcultural. Así, es frecuente que en culturas de subcontinente asiático se somatice los síntomas de la depresión. Presentándose como problemas físicos en primera instancia. En África existe la tradición de culpar al mal de ojo. Y en ciertas culturas hispanoamericanas la mezcla de cultura africana y católica y otras creencias pseudorreligiosas pueden atribuir los síntomas depresivos a la magia.
Conclusiones
La presentación clínica de un trastorno depresivo puede variar. Es importante no confundir su diagnóstico con otros estados del ánimo que son transitorios. Al tratar la depresión de forma temprana se evitan complicaciones. Por ejemplo, la cronificación, el agravamiento de los síntomas y el aumento de la resistencia al tratamiento.
El mensaje para llevar a casa debe ser que actualmente el tratamiento de los trastornos depresivos es extremadamente eficaz. Siendo la combinación de medicación y psicoterapia la aproximación que generalmente da mejores resultados. La detección temprana y un tratamiento adecuado mejora el pronóstico de manera significativa.
Una forma muy eficaz de prevenir la depresión es la educación para aprender a pensar y vivir de forma sana y autónoma. Para esto es fundamental tener un conocimiento básico de cómo funciona la mente, evitando distorsiones cognitivas y desarrollando hábitos de vida saludables. Como ejercicio físico habitual, buenas relaciones sociales, lectura y, sobre todo, el desarrollo del sentido del humor.
Sobre el autor
Dr. José Antonio García
Psiquiatra del Equipo Clínico de ATAM
