El médico rehabilitador, especialista en discapacidad

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

Si hay algo que define al médico rehabilitador es su visión multidisciplinar, es decir, interviene en un proceso en el que es necesaria la intervención de distintos profesionales. Por ejemplo, cuando un paciente sufre un ictus es necesaria su valoración, tratamiento y seguimiento por numerosos profesionales de la salud: neurólogo, enfermero, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, neuropsicólogo, logopeda, técnico ortopédico…

Para que el manejo del paciente sea óptimo, es imprescindible que una figura coordine la atención integral de este equipo de profesionales, y aquí es donde entra en juego la figura del médico rehabilitador. Para ello, ha de basarse necesariamente en un planteamiento holístico de la salud, que según la definición original de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1946:

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

Esta definición no ha sido reformulada desde entonces, si bien en las últimas décadas han ido surgiendo nuevas formas de enfocar el funcionamiento del ser humano. Esta manera diferente de observar la vida y sus procesos, también puede aportar luz sobre el proceso de la rehabilitación, que tradicionalmente ha tenido un enfoque meramente físico o biológico, pero tiene una extensión mucho mayor a otros niveles tales como el cognitivo y el social.

Desde ATAM abordamos la enfermedad no sólo como una “falta o ausencia de” en un sentido biológico o estructural, sino en base a la alteración de los patrones de organización que poseemos como sistemas vivos que somos, la cual a su vez tiene una repercusión en nuestros procesos vitales. Esta es nuestra visión “a gran escala”, de donde parten nuestras principales iniciativas.

La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) surgida de la OMS, distingue entre las funciones del cuerpo (fisiológico o psicológico) y las estructuras del cuerpo (partes anatómicas y estructuras relacionadas). Esta diferenciación puede resultar útil desde un punto de vista práctico, pero la realidad es que los seres vivos no funcionamos siguiendo “compartimentos estancos” sino que los tres ámbitos que hemos ido mencionando con anterioridad están embebidos unos con otros y forman un todo indisoluble, que por tanto no se pueden considerar únicamente de forma aislada ya que cada uno de ellos ejerce inevitablemente una influencia sobre los otros.

Entrando en este ámbito de la discapacidad, podemos decir que la especialidad de Rehabilitación es la que se encarga del diagnóstico y tratamiento de cualquier tipo de discapacidad, la cual abarca múltiples patologías y circunstancias. La función del médico rehabilitador es por tanto diagnosticar, prevenir y tratar la discapacidad, para facilitar, mantener o devolver el mayor grado de capacidad funcional e independencia posibles a la persona.

 El médico rehabilitador siempre hace prevalecer lo que queda sobre lo que se ha perdido, de manera que intenta observar con detalle y aprovechar al máximo todo lo que se puede hacer con la funcionalidad que le queda al paciente, considerando el cuadro de discapacidad que presenta.

Esto no solo implica al aparato locomotor u osteoarticular, que es la creencia general que la mayoría de la gente suele tener sobre lo relacionado con la rehabilitación.

Conviene también aclarar que el médico rehabilitador no es un fisioterapeuta. Muchas veces se tiende a pensar que ambas figuras son lo mismo, pero a diferencia del fisioterapeuta, un médico rehabilitador estudia la carrera de medicina y después la completa con una especialidad. Por tanto se  trata de un especialista igual que puede ser el traumatólogo, neurólogo, cardiólogo, ginecólogo o cualquier otra especialidad médica de las 48 que están reconocidas en España.

Para ser médico especialista en Rehabilitación (rehabilitador o fisiatra, que son sinónimos) son necesarios al menos 11 años de formación, que capacitan al profesional para realizar una valoración completa del paciente, solicitar las pruebas complementarias oportunas, establecer el diagnóstico más probable y prescribir el tratamiento más adecuado. Todo ello orientado a prevenir la discapacidad o minimizar su repercusión en la vida de los pacientes. Es por tanto un especialista experto en mejorar la calidad de vida que se ha visto afectada por alguna circunstancia o enfermedad.

Las áreas en las cuales se forma el Especialista en Rehabilitación son:

  • Traumatología: Lesiones, fracturas, postoperatorios, dolor de espalda…
  • Reumatología: Artropatías, tendinopatías, enfermedades reumatológicas.
  • Neurología / daño cerebral: Ictus, Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple, enfermedades neuromusculares.
  • Lesionados medulares.
  • Ortesis y prótesis: Corsés, férulas, prótesis (amputados).
  • Cardio-respiratorio: Infarto cardiaco, cardiopatías, EPOC, trasplantados.
  • Pediatría: Escoliosis, retraso del desarrollo, lesiones congénitas, síndromes o enfermedades raras.
  • Foniatría: Trastornos del lenguaje, la voz o la deglución (disfagia).
  • Geriatría: Ortogeriatría, prótesis, desuso.
  • Suelo pélvico: Incontinencia de esfínteres postparto, postmenopausia.
  • Otras: Linfedema, rehabilitación vestibular…

El médico rehabilitador es un profesional capacitado para tratar la discapacidad en su globalidad, porque su formación garantiza la asistencia a personas con cualquier edad y patología. Evalúa y valora al paciente de una forma global: no sólo diagnostica la lesión o la enfermedad, sino también sus consecuencias. Es capaz de establecer un pronóstico funcional, determinando el cese del tratamiento y las secuelas residuales (valoración funcional del daño corporal).

En el ámbito terapéutico cuenta con una amplia variedad de medios para tratar: farmacológico, físico (electroterapia, termoterapia/crioterapia, masoterapia, cinesiterapia, mecanoterapia, ejercicio terapéutico…) terapia manual, infiltraciones, adaptación de material ortoprotésico; ayudas técnicas y productos de apoyo, etc. Asegura la calidad del tratamiento y su carácter integral, al coordinar las actuaciones de un equipo multidisciplinar.

El médico rehabilitador ofrece su conocimiento médico para ayudar a los pacientes a comprender su proceso y proporciona las herramientas y recursos necesarios para dirigir su tratamiento, tanto en el área médica como en la sociofamiliar y profesional. Este abordaje global genera un alto grado de satisfacción en el paciente y su entorno, incrementando su calidad de vida de manera significativa.

Sobre el autor

Dr. César Hernández de la Peña

Médico rehabilitador del Equipo Clínico de ATAM

© Atam para el Apoyo Familiar 2020