El síndrome de abstinencia

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

El síndrome de abstinencia está formado por un conjunto de reacciones tanto físicas como mentales cuando una persona deja de consumir una sustancia adictiva de forma más bien súbita o bien al disminuir la cantidad que se solía consumir. Este síndrome de abstinencia es lo que en lenguaje coloquial se conoce como “mono”. Los síntomas varían de acuerdo con la sustancia y el tiempo que se llevan consumiendo.

Los componentes adictivos que contienen ciertas sustancias tóxicas, como el alcohol, el tabaco o la cocaína actúan en el cerebro y sistema nervioso, de forma que crea una dependencia hacia éstos. El organismo se adapta a la presencia de estas sustancias y se produce una modificación en la estructura del cerebro. Cree que solo puede funcionar normalmente si cuenta con estas sustancias. Además, su consumo repetido genera tolerancia, lo que hace que se vayan incrementando las cantidades y la frecuencia de consumo.

El síndrome de abstinencia presentará distintos síntomas en función de la sustancia a la que el paciente sea adicto, así como de las características personales del mismo. La mayor parte de las sustancias adictivas producen algunos síntomas dentro del Síndrome de Abstinencia. Por ejemplo, los temblores, especialmente en extremidades, dolores musculares, dolores de cabeza, mareos, síntomas gastrointestinales como náuseas o vómitos. También pueden aparecer cambios en el apetito, irritabilidad, insomnio, ansiedad, taquicardia o aumento de la tensión arterial.

Existen diversos tipos de síndrome de abstinencia en función de cuándo aparecen sus síntomas, produciéndose un síndrome de abstinencia agudo, tardío o condicionado.

El síndrome de abstinencia agudo se produce inmediatamente después de interrumpir el consumo de la sustancia adictiva, mientras que en el tardío los síntomas persisten una vez que se ha superado el periodo de abstinencia. En el caso del síndrome de abstinencia psicológico o condicionado, aparece al ser expuesto a situaciones ambientales que el sujeto asocia al consumo de la sustancia a la que era adicto.

Además, con la mayor parte de sustancias adictivas, el afectado por síndrome de abstinencia presentará el deseo irrefrenable de volver a consumir dicha sustancia. Así como irritabilidad, cambios en el carácter o dificultad para concentrarse.

 

Síntomas del síndrome de abstinencia

 

Existe variedad de síntomas en función de la sustancia tóxica a la que se sea adicto.

En el caso de la adicción al alcohol, se suelen producir escalofríos, temblor, debilidad, náuseas, insomnio, cefalea, deshidratación y diarrea. A pesar de lo habitual del consumo del alcohol en nuestro medio, en algunos casos de síndrome de abstinencia se pueden producir síntomas más graves como son las convulsiones, las alucinaciones o el delirium tremens. El delirium tremens es un cuadro de extrema gravedad en donde se producen alucinaciones, convulsiones, inquietud e incluso estupor y coma, que precisa atención médica urgente ya que existe riesgo vital.

La adicción al tabaco (nicotina) produce diversa sintomatología entre la que destaca el deseo de fumar, la irritabilidad, dolor de cabeza, somnolencia o insomnio, problemas de concentración y ánimo depresivo. El síndrome de abstinencia del tabaco afecta al 85% de los fumadores que deciden dejar de fumar. La nicotina es una de las sustancias que genera mayor dependencia. La mayoría de los signos y síntomas del Síndrome de Abstinencia al Tabaco (SAT) aparecen entre los primeros 7 y 30 días, se incrementa entre el primer y cuarto día para posteriormente decrecer.

Otra sustancia que puede producir síndrome de abstinencia es la cafeína. Se produce dolor de cabeza, náuseas, irritabilidad, sueño y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer a las 12 a 24 horas de dejar de tomarla y duran de uno a cinco días.

La adicción a los narcóticos (como la morfina, la heroína y el opio) produce una respiración agitada, bostezos, flujo nasal, sudoración, lagrimeo, sensación de alerta, hiperactividad, fiebre, aumento del ritmo cardíaco, midriasis o dilatación de las pupilas, dolor muscular, pérdida de apetito, dolor abdominal y diarrea.

Los ansiolíticos (como el orfidal, lexatin o el tranxilium, entre otros) producen debilidad, malestar general, temblores, depresión, deshidratación, insomnio, delirio y alucinaciones.

La adicción a las anfetaminas u otras drogas estimulantes (como la cocaína) causa cansancio y somnolencia, inquietud y nerviosismo, depresión, pesadillas, agresividad física. También puede aparecer humor disfórico (risa sin sentido), así como delirios y alucinaciones.

El síndrome de abstinencia producido por la adicción al cannabis produce intranquilidad, depresión, pérdida de apetito, cefalea, espasmos o fiebre.

 

Prevención y tratamiento

La acción de estas sustancias adictivas en el organismo es inevitable. Así que la única forma de prevención es no consumir sustancias que pueden provocar adicción.

El síndrome de abstinencia suele darse entre las 24 y 72 horas posteriores al abandono del consumo. Tiene un tiempo de unas tres o cuatro semanas. Los tratamientos están determinados por el tipo de droga, la cantidad y la frecuencia de consumo. Están indicados para que el paciente deje de consumir estas sustancias y recupere la normalidad y el bienestar sin necesidad de consumirlas. Por ello, los tratamientos se basan en la terapia psicológica y la ayuda de fármacos para disminuir los síntomas causados por la abstinencia. La terapia psicológica es fundamental para tratar la adicción y evitar una recaída.

Sobre el autor

Dra. Isabel Bustamante

Neuróloga del Equipo Clínico de ATAM

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