Mantener las rutinas familiares en vacaciones

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

Te damos algunas recomendaciones para no perder las rutinas familiares en verano que puedan causar cambios de conducta en los niños.

En época de vacaciones cambia nuestro entorno, rutinas y actividades. En muchas ocasiones perdemos las rutinas apareciendo un caos diario en las actividades de la familia. El caos veraniego hace que nuestros hijos de sientan más inseguros y de lugar a una mayor presencia de rabietas, más dificultad para realizar las actividades o tal vez, una menor tolerancia a la frustración.

La falta de rutinas y estructura puede ser la causa de este aumento de alteraciones de conducta o la tendencia a una mayor impulsividad.

Las rutinas diarias ayudan a predecir lo que va a pasar, les aporta seguridad y anticipan cómo deben comportarse y qué se espera de ellos. Conocer las rutinas les guía su comportamiento y  reduce la impulsividad, y por tanto facilitan las dinámicas familiares lo que genera un ambiente más agradable y estable en casa.

Además de ofrecer un ambiente predecible y seguro, las rutinas pueden favorecer el desarrollo psicológico y emocional de nuestros hijos. De esta forma, se crean pequeños espacios de interacción con ellos en los que se estimula el desarrollo de determinadas habilidades.

Por estos motivos, no debemos abandonar totalmente las rutinas durante el verano, sí que podemos permitir cierta flexibilidad. No obstante, es importante mantener una estructura que les ayude a tener el control de la situación y predecir qué va a suceder.

 

La importancia del sueño en la rutina

Las rutinas más importantes a mantener son las relacionadas con el sueño, la hora de levantarse y de acostarse, la realización de actividades de ocio y tiempo libre, deportivas y de las tareas, y los horarios para realizar las comidas.

Es fundamental para el desarrollo físico y psicológico de nuestros hijos mantener unas rutinas de sueño estables, debemos fijar una hora para irse a la cama y para levantarse. Sin embargo, siendo ligeramente flexibles y no permitiendo variaciones de más de una hora de diferencia entre unos días y otros. Para facilitar la conciliación del sueño se puede establecer una rutina previa a acostarse que incluya; la cena, la higiene personal y una actividad relajante.

 

Rutinas y desarrollo de habilidades

 

Las rutinas también pueden ayudar a favorecer el desarrollo de diferentes habilidades como el lenguaje. Compartir momentos juntos para contar historias pasadas o planes futuros da lugar a potenciar la adquisición de vocabulario y la estructuración de un diálogo.

El compartir momentos juntos como pueden ser las comidas, potencia el lenguaje y mejora los vínculos familiares. Las conversaciones durante las comidas son una fuente muy importante para el desarrollo del lenguaje por la gran cantidad de estímulos que presenta. La toma de turnos, permite aprender a adoptar perspectivas distintas, y requiere de la elaboración de un discurso pensado y razonado.

Otra actividad que podemos incluir dentro de las rutinas de verano puede ser la lectura conjunta de cuentos o generación de historias espontáneas. De esta manera ayudamos a estimular el desarrollo del lenguaje, y crear un espacio de conexión emocional, que desarrolla la motivación por la lectura.

Mantener un ambiente estructurado y con rutinas, sobre todo en niños con dificultades para el control de impulsos, ayuda a favorecer el autocontrol. Varios estudios han demostrado que las rutinas familiares ayudan a reducir los síntomas de hiperactividad e impulsividad y hace que disminuyan las conductas desafiantes.

Plantéate este verano mantener unas rutinas ligeramente flexibles que ayuden a tus hijos a mantener el control de la situación. De esta forma le ayudaremos a saber qué se espera de ellos y a la vez  estimular el desarrollo de determinadas habilidades, mejorar vuestras relaciones y favorecer un clima familiar emocionalmente estable.

 

 

Sobre el autor

María Laorden

Neuropsicóloga del Equipo Clínico de ATAM

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