El invierno y la salud mental

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

El invierno suele ser una época más desafiante para la salud mental. La reducción de las horas de luz solar, las bajas temperaturas características del clima frío y la falta de actividad al aire libre influyen en nuestro ánimo. En muchas ocasiones, durante estos meses se percibe con menos energía, mayor tristeza y un peor humor.

Cuando estos síntomas son más severos puede darse lo que se conoce como el trastorno afectivo estacional. Se trata de un trastorno del estado de ánimo que suele iniciarse con un estado depresivo durante los meses de otoño e invierno y que suele desaparecer de forma espontánea en los meses de primavera y verano.

Es común también que los síntomas del trastorno afectivo estacional aparezcan a finales del otoño y vayan agravándose según avanza el invierno. Algunos de estos síntomas a los que debemos estar atentos son:

 

  • Sentirse apático, triste o decaído gran parte de nuestro día a día.
  • Tener menos energía y perder el interés en las actividades que antes solíamos disfrutar.
  • Observar un exceso de sueño y dormir más de lo habitual.
  • Aumentar la ingesta calórica en especial una excesiva atracción por los carbohidratos.
  • Mostrar más dificultad para mantenerse atento y concentrado en nuestros quehaceres del día a día.
  • Tener pensamientos de infravaloración, culpa o sentimientos de inutilidad.

 

Para hacer el diagnóstico de trastorno afectivo estacional, debe haberse dado un trastorno del estado del ánimo en más ocasiones, de inicio en la misma época del año durante dos o más años consecutivos. Asimismo es necesario que la remisión de la misma se haya dado espontáneamente en el mismo año, durante la primavera o verano.

 

Trastorno afectivo estacional: características y tratamiento

 

Este trastorno suele tener una frecuencia de entre 1 y el 10% de la población y suele ser más común en las mujeres que en los hombres. No se conoce bien cuál es la causa de esta patología, pero se barajan diferentes teorías. Entre ellas está la relación con la perdida de luz solar y su impacto en los ritmos circadianos. Otras explican que podría estar relacionado con una menor producción de serotonina relacionada con los cambios estacionales. Aunque lo que sabemos con seguridad es que el trastorno afectivo estacional es un trastorno complejo que emerge por la interacción de diferentes factores de vulnerabilidad que afectan a muchos niveles.

 

Cómo cuidarse en los días de invierno

 

Sin ser tan grave como un trastorno, en algunas ocasiones durante estos meses de inverno podemos notar leves bajadas de nuestro estado de ánimo o una menor energía. Por ello, es posible y hasta recomendable llevar a cabo algunos ajustes en nuestro día a día para paliar el impacto estacional.

Así, es importante:

  • Mantener una rutina regular en los hábitos de sueño y de alimentación. Para mantener un adecuada rutina de sueño es recomendable acostarse y levantarse a la misma hora y no variar en más de dos horas entre los días de diario y los fines de semana.
  • Haz ejercicio de intensidad moderada frecuentemente que combine un trabajo aérobico y de fuerza. Las guías de salud establecen hacer un total de 150 minutos de actividad aérobica a la semana o 75 minutos si son de alta intensidad.
  • Intenta mantener con cierta regularidad encuentros con otras personas. Se ha estudiado que la calidad y cantidad de nuestras conexiones sociales tienen un impacto directo en nuestra salud mental.
  • Busca realizar una dieta equilibrada que disponga de vitaminas y nutrientes de calidad y variados. Es cada vez más relevante y conocido el impacto que tiene nuestra microbiota y la alimentación en nuestra salud mental.
  • Practica actividades de concentración, relajación o meditación que contribuyan a fomentar tu capacidad de atención plena en el día a día de una manera sosegada.
  • Si es necesario, busca ayuda de un profesional que te ayude a mejorar tu estado emocional y psicológico.

Y no te preocupes, que pronto llegará la primavera.

Sobre el autor

María Laorden

Neuropsicóloga del Equipo Clínico de ATAM

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