¿Por qué hay que vacunarse contra la gripe cada año?

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

“No me vacuno de la gripe; lo hice una vez y pasé la gripe igual”; es relativamente frecuente escuchar este tipo de afirmaciones en consulta.

El molesto virus de la gripe no vive por sí solo; nos necesita para reproducirse. La estrategia del virus para perpetuarse es no dejarse atrapar por nuestro sistema inmune -el sistema de defensa del huésped-, crear más copias de sí mismo y propagarse a otros huéspedes. Por ello, vamos a analizar por qué necesitamos la vacuna de la gripe y su actualización.

 

Radiografía del virus de la gripe

El virus tiene unas proteínas en su superficie. Se llaman antígenos y ayudan a identificarlos, a distinguir a un virus de otro. Igual que los humanos tenemos rasgos que nos diferencian, el virus de la gripe también los tiene.

Así, los antígenos de superficie equivalen al aspecto externo del virus. Nuestro sistema inmune detecta algo ajeno, extraño al organismo, y produce defensas (anticuerpos) que son muy selectivas para el antígeno detectado. Y mientras, el virus sigue a lo suyo: sobrevivir. Y muta, cambia, para que nuestras defensas no lo reconozcan. Si los cambios en sus antígenos son leves, los anticuerpos que generamos probablemente reconozcan al virus (es lo que se denomina «protección cruzada»). Pero a veces su aspecto (esos antígenos tan nombrado hoy) cambian tanto que se vuelven irreconocibles.

Esto puede pasar de forma brusca; en ese caso presentan unas mutaciones que se denominan variaciones antigénicas mayores. Cuando esto sucede, hacen que se produzca una pandemia; esto ha ocurrido cuatro veces en los últimos 100 años; la última en 2009. Pero no es lo habitual, normalmente ocurre una  acumulación de cambios leves a lo largo del tiempo. Por ello, se va actualizando la vacuna de la gripe.

 

Las mutaciones que nos enferman

Esa acumulación de cambios leves, esa variación antigénica, es la principal razón por la cual las personas pueden contraer la gripe más de una vez. Por este motivo hay que actualizar la composición de la vacuna de la gripe todos los años.

Cada año se compara el grado de similitud entre los antígenos de los virus que están en circulación, y los que se utilizaron para preparar la vacuna en años anteriores. Y cada año, la OMS emite en febrero las recomendaciones sobre la composición de la vacuna contra la gripe del próximo otoño. Se realiza en febrero porque se requieren meses para la producción masiva de los millones de vacunas necesarias.

La vacuna resultante está diseñada para proteger contra los tres o cuatro virus de la gripe que, según las investigaciones, tienen más probabilidades de propagarse  durante la próxima temporada (entre octubre y mayo).

Así que la afirmación inicial de este artículo puede ser cierta… o no.

Puede ser cierta porque la efectividad de la vacuna varía cada año. También porque el virus circulante este año puede ser diferente de aquellos para los que se diseñó la vacuna. También puede ser cierta porque una vez que te vacunas, tardas dos semanas en producir tus defensas y, en ese periodo, también te puedes infectar.

El problema es que en muchísimos casos puede no ser cierto. Hay múltiples virus que producen cuadros similares a la gripe y no se suele distinguir quién es el causante del cuadro clínico.

Probablemente lo más relevante es que se ha demostrado en diversos estudios, que incluso en los casos en los que enfermas pese a haberte vacunado, la vacunación reduce la gravedad de la enfermedad. A fin de cuentas esa es una de las preocupaciones más extendidas en la población: que no me pase nada grave, y  que no se lo pase a los seres queridos.

 

A quién se recomienda la vacuna de la gripe

1945 fue el primer año que se autorizó la administración de la vacuna de la gripe para la población general. La evidencia acumulada en todo el mundo en favor de su uso desde entonces hace que se siga recomendando. Especialmente a las personas que tienen alto riesgo de padecer complicaciones, y a las que conviven o tienen un contacto estrecho con esas personas de riesgo. Se considera personas de riesgo a todos los mayores de 60-65 años y a las personas entre 6 meses y 60-65 años con factores de riesgo: obesos, diabéticos, mujeres embarazadas,  personas con enfermedades crónicas como bronquitis crónica, insuficiencia cardiaca,  enfermedades crónicas de hígado o riñón… o las que asocian un sistema inmunitario debilitado como, cáncer,  etc.

La vacuna de la gripe se recomienda y se seguirá recomendando, pese a sus limitaciones, mientras no se encuentre una  medida de protección más eficaz contra la gripe. A la vacuna, de momento,  la avalan ya 75 años, que no es poco.

Sobre el autor

Dr. Juan Luis Aramburu

Médico de familia del Equipo Clínico de ATAM

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