Problemas en la vista, cuáles y cuándo

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

La mayoría de la información que recogemos lo hacemos a través de los ojos, y por ello es fundamental que los cuidemos para evitar problemas en la vista.

La vista es uno de los cinco sentidos que poseemos, y es considerado por algunos como el más importante por diversas razones:
• El 50% del cerebro se dedica al procesamiento visual.
• Estamos todo el día viendo cosas, y aunque pestañeamos nuestra mente completa el hueco de modo que percibimos una imagen continua.
• Reorganizamos nuestras experiencias a través de la vista.

El 80% de la información que recogemos a lo largo del día lo hacemos a través de los ojos, y por ello resulta imprescindible que la cuidemos lo mejor posible y así evitemos problemas en la vista.

¿Cuándo empiezan a aparecer los problemas en la vista?

Los problemas oculares pueden aparecer desde la infancia, y en esta etapa puede detectarse una cierta hipermetropía de tipo fisiológico en niños, debido a su menor tamaño respecto al de la edad adulta. Al crecer, la hipermetropía va disminuyendo y puede comenzar a aparecer la miopía si hay tendencia genética. Las miopías magnas también pueden estar presentes desde el principio y aumentar con los años.

Si tu hijo tiene dificultad para ver la pizarra en el colegio o se sienta muy cerca para ver la televisión, es muy probable que tenga miopía.

Por otro lado, el astigmatismo suele estar presente desde el nacimiento, aunque puede modificarse con el crecimiento. El niño percibe una visión deformada de los objetos, tanto de cerca como de lejos.

También es común en los niños el estrabismo. Se trata de una desviación de los ojos, es decir, cuando el niño bizquea. Cuanto antes se diagnostique, más fácil será la corrección.

Otro de los problemas de la vista que podemos encontrar en niños es la ambliopía. Es importante evaluar la salud visual de los niños antes de los 4 años para prevenir y diagnosticar precozmente el ojo vago.

La mayoría de los niños no acuden al oftalmólogo hasta que la familia o el colegio detecta algún problema. Si tu hijo se frota los ojos constantemente y se queja de dolores de cabeza, es muy posible que tenga algún problema oftalmológico.

Es importante realizar revisiones en edades tempranas y no esperar a que aparezcan los problemas. Las revisiones son fundamentales para poder aplicar medidas preventivas adecuadas.

Patologías en la edad adulta

En la edad adulta y conforme nos vamos acercando a una edad más madura suelen aparecer las siguientes patologías:

  • Presbicia

A partir de los 40-45 años es, quizá uno de los problemas oculares más recurrentes, ya que está asociado al envejecimiento.  Algunos síntomas de la presbicia son la dificultad de enfoque para cerca, la necesidad de alejar el texto y una mayor dependencia de la luz.  La solución es sencilla y pasa por el uso de lentes de hipermetropía.

  • Cataratas

Otra de las patologías que se presentan con la edad, son las cataratas. Estas pueden comenzar a una edad muy variable, dependiendo de la genética familiar y de otros muchos factores personales. La persona suele notar dificultad de enfoque, borrosidad sobre todo de lejos y variación de su visión con la luz ambiental.

El tratamiento consiste en la extracción del cristalino dañado y sustituirlo por una lente intraocular.

  • Glaucoma

El glaucoma es una lesión del nervio óptico producida por una tensión ocular alta.  Por ello, es recomendable que cualquier persona a partir de los 45 años efectúe controles anuales de la tensión ocular, puesto que ésta aumenta con los años.

El tratamiento consiste en colirios para bajar la presión ocular, pero, sólo detiene la progresión. Por tanto, el diagnóstico precoz es fundamental.

  • Degeneración macular asociada a la edad (dmae)

La sintomatología suele comenzar por encima de los 60 años con disminución de la visión central, así como deformación de las imágenes, sobre todo las líneas rectas.

En algunos casos tiene tratamiento con inyecciones intravítreas para mejorar el edema macular, pero su detección precoz puede frenar el avance con aporte de complejos vitamínicos, omega 3 y luteína y zeaxantina.

Sobre el autor

Dra. Teresa Gómez

Oftalmóloga de Equipo Clínico de ATAM

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