¿Qué es el mindfulness?

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

El mindfulness es una práctica cada vez más popular que tiene como objetivo mejorar nuestra calidad de vida a través de adquirir una mayor conciencia y atención al momento presente. Se trata de un ejercicio práctico que nos ayuda a conectarnos con nuestra propia experiencia interna y a aceptarla sin juzgarla.

El término mindfulness, que se traduce como “atención plena” o “conciencia plena”. Proviene de la tradición budista y se ha popularizado en occidente gracias a la labor de investigadores y psicólogos que han demostrado científicamente sus beneficios para la salud mental.

La idea central de la que parte la práctica de mindfulness se basa en la premisa de que gran parte del sufrimiento humano proviene de la tendencia a que nuestra mente viva en el pasado o en el futuro, en lugar de prestar atención al momento presente. Cuando nos preocupamos por el futuro o nos lamentamos por el pasado, perdemos la oportunidad de disfrutar del presente y de tomar decisiones conscientes en el momento actual.

La práctica de mindfulness tiene como objetivo la auto-observación de las experiencias que ocurren tanto en nuestro interior, como lo que nos rodea que se dan en el momento presente, pero sin juzgarlas ni tratar de cambiarlas. La atención plena en el presente nos permite desarrollar una mayor conciencia de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones físicas. Gracias a ello podemos gestionarlas de manera más adaptativa.

 

Tipos de Prácticas de mindfulness

El entrenamiento en mindfulness se lleva a cabo mediante dos tipos de prácticas: práctica formal y práctica informal.

 

Practica formal

 

La práctica formal consiste en realizar una actividad concreta de manera habitual. La más común es la meditación que nos permite entrenar nuestra capacidad de atención plena. Consiste en sentarse, estar de pie o tumbarse en silencio y prestar atención a la respiración, a los pensamientos y a las sensaciones físicas que se experimentan en el momento presente. Al principio, puede resultar difícil mantener la concentración durante mucho tiempo, pero con la práctica se puede desarrollar una mayor habilidad para estar en el momento presente.

Esta práctica puede realizarse de diferentes formas:

  • Atención focalizada en un ancla como pueden ser las sensaciones de la respiración, los sonidos o sentir una parte de nuestro cuerpo como las manos.​
  • Escáner corporal en el que recorremos nuestro cuerpo y prestamos atención a las sensaciones que percibimos.
  • Yoga La práctica de yoga también se puede utilizar como forma de mindfulness, ya que implica prestar atención a la respiración y a las sensaciones físicas mientras se realizan diferentes posturas y movimientos. El yoga puede ayudar a mejorar la flexibilidad, la fuerza y la concentración, además de reducir el estrés y la ansiedad.

El objetivo es que cada persona encuentre o realice la que mejor se adapte a sus necesidades en el momento de la práctica.

 

Práctica informal

 

La práctica informal consiste en extender la atención plena a actividades de nuestra vida diaria con una consciencia de todo el proceso. Estos son algunos ejemplos con los que podemos comenzar

  • En el momento de la ducha en lugar de pensar en lo que vamos a hacer ese día o hemos hecho ese día, podemos prestar atención a las sensaciones que hay en nuestro cuerpo al entrar en contacto con la temperatura del agua, los movimientos que hacemos, el sonido, etc.​
  • En el momento de comer en lugar de hacerlo viendo la televisión aplicar atención a los sabores, olores, masticar con consciencia.​
  • También podemos aplicar atención plena a rutinas diarias como lavar los platos, limpiar o simplemente estar atentos a lo que vemos en nuestro camino diario al trabajo.
  • La escucha consciente es una técnica de mindfulness que implica prestar atención plena a lo que otras personas están diciendo, sin juzgar ni interrumpir. Esta técnica puede ayudar a mejorar la comunicación y las relaciones interpersonales, además de desarrollar una mayor capacidad de empatía.

 

Beneficios físicos y psicológicos

 

El entrenamiento o práctica regular y frecuente de mindfulness ofrece una amplia gama de beneficios para la salud mental y física. A continuación, se recogen los más evidentes, pero pueden existir tantos como personas que lo practican:

  • Reducción del estrés: El mindfulness ha demostrado ser eficaz en la reducción del estrés y la ansiedad. Al centrar nuestra atención en el presente y aprender a aceptar las experiencias sin juzgarlas, podemos disminuir la reactividad y cultivar una actitud más equilibrada hacia los desafíos de la vida.
  • Mejora del bienestar emocional: La práctica regular de mindfulness puede aumentar la capacidad de regular las emociones y mejorar el estado de ánimo general. Al tener mayor presencia en el momento presente, somos capaces de reconocer y aceptar nuestras emociones sin ser arrastrados por ellas.
  • Aumento de la concentración y claridad mental: La atención plena implica dirigir conscientemente nuestra atención a una experiencia específica, como la respiración o las sensaciones del cuerpo. Esta práctica mejora nuestra capacidad de concentrarnos y nos ayuda a cultivar una mente más clara y enfocada.
  • Mejora de la salud física: existen numerosas publicaciones científicas que han evidenciado los efectos positivos en la salud física de la práctica de mindfulness: ayudar a reducir la presión arterial, aliviar el dolor crónico, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la calidad del sueño.
  • Desarrollo de la capacidad de resiliencia: la práctica habitual de mindfulness nos permite hacer frente de manera más efectiva a los desafíos y adversidades de la vida. Al aprender a aceptar las circunstancias presentes sin juzgarlas, podemos encontrar una mayor sensación de calma y equilibrio interior.
  • Mejora de las relaciones interpersonales: Al practicar mindfulness, también podemos cultivar una mayor compasión y empatía hacia nosotros mismos y hacia los demás. Esto puede mejorar nuestras relaciones interpersonales, ya que nos permite estar más presentes y conectados con los demás.

 

Desde el Equipo Clínico de ATAM os animamos a introducir este hábito tan saludable y enriquecedor en nuestra vida cotidiana. Si tienes duda sobre como comenzar, ponte en contacto con nosotros.

Sobre el autor

Miguel Ángel Blázquez

Psicólogo del Equipo Clínico de Atam

© Atam para el Apoyo Familiar 2020