La demencia es una palabra que se usa para describir un conjunto de síntomas que afectan a la memoria, el pensamiento o la toma de decisiones y que interfieren en las actividades de la vida diaria de la persona afectada, necesitando en muchas ocasiones el apoyo de una tercera persona. Así mismo, también existe una afectación de sus habilidades sociales. Se ha demostrado que un trabajo estimulante podría ayudar a retrasar la aparición de una demencia.
La causa más conocida de demencia progresiva en adultos es la enfermedad de Alzheimer. También existen otras causas de demencia como la originada por problemas vasculares, la enfermedad por cuerpos de Lewy o la demencia frontotemporal.
Existen diversos mecanismos para retrasar o evitar la aparición de una demencia, entre los que destaca el control de los factores de riesgo cardiovascular, el ejercicio físico, el buen descanso nocturno y la estimulación cognitiva.
El control de los factores de riesgo cardiovascular, como la tensión arterial, la glucemia y el colesterol sanguíneos, es fundamental para mantener una buena salud cerebral. La falta de control de estos factores puede producir pequeños infartos a nivel cerebral que lleven a un envejecimiento prematuro a nivel neurológico. Así como a un deterioro precoz de las funciones cerebrales. No hay que olvidar tampoco la importancia de no fumar y de evitar las bebidas alcohólicas para mejorar el funcionamiento cognitivo.
El ejercicio físico también contribuye a la mejoría de la salud cognitiva. Conviene realizar ejercicio físico a ser posible de forma diaria, tanto ejercicio de tipo aeróbico o cardiovascular, como entrenamiento de fuerza. Actualmente la inmensa mayoría de la población lleva una vida muy sedentaria en donde pasan gran parte del día sentados y sin apenas actividad física. Por lo que es importante incluir la actividad física dentro de las actividades de la vida diaria, como una tarea más.
Un buen descanso nocturno es de vital importancia para mantener la mente clara y despejada. Nos permite prestar la atención necesaria a lo que nos rodea, así como realizar los procesos cognitivos de forma ágil y precisa, con una mayor eficiencia.
Pero sin duda alguna, el mecanismo que tiene mayor importancia para frenar o evitar la aparición de una demencia es la estimulación cognitiva al realizar un trabajo estimulante. Según recientes investigaciones publicadas en The British Medical Journal, existe la posibilidad de que la estimulación mental esté relacionada con niveles más bajos de ciertas proteínas que pueden impedir que las células cerebrales formen nuevas conexiones, en dos procesos (llamados axonogénesis y sinaptogénesis).
Un trabajo estimulante: la clave
Los estudios más recientes a largo plazo incluso han sugerido que la actividad cognitiva en el tiempo libre podría no reducir tanto el riesgo de demencia como se presuponía, sino que son los trabajos estimulantes cognitivamente los que realmente pueden reducir el riesgo de demencia en la vejez.
Se cree que esto se debe a que la exposición a la estimulación cognitiva en el trabajo suele durar bastante más que los pasatiempos que estimulan la cognición, ya que al trabajo se le dedica al menos un tercio de la jornada mientras que a los pasatiempos no suele ser frecuente dedicarle más de una hora diaria.
Los trabajos «activos» que estimulan la cognición incluyen tareas exigentes y una gran libertad de decisión en el trabajo (también conocida como control del trabajo). Por el contrario, los trabajos «pasivos» que no estimulan la cognición son aquellos con poca exigencia y falta de control del trabajo.
Durante la etapa en la que se está trabajando, se suele ser mentalmente muy activo, lo que deriva en un nivel alto de cognición. Por ello, es fundamental que, una vez que dejamos de trabajar, mantengamos al cerebro activo con un trabajo estimulante. La jubilación puede ser un buen momento para aprender un nuevo idioma, perfeccionar alguno que ya sabíamos, o incluso aprender a tocar un instrumento que siempre nos había gustado, pero para lo que nunca habíamos tenido tiempo.
La estimulación cognitiva es una pieza clave para poder prevenir o retrasar la aparición de una demencia, especialmente si hemos tenido un trabajo activo pero sin descuidar lo necesario que es mantener una estimulación adecuada tras la jubilación.
Sobre el autor
Dra. Isabel Bustamante
Neuróloga del Equipo Clínico de ATAM