
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica que afecta a más de 160.000 personas en España. Esta entidad es una enfermedad crónica del sistema nervioso que afecta principalmente a la capacidad del cerebro para controlar los movimientos del cuerpo. Este tipo de trastorno del movimiento está producido por un déficit de dopamina a nivel neuronal, lo que impide el control de movimientos corporales. Hoy hablaremos sobre la Estimulación cerebral no invasiva como tratamiento contra el Parkinson.
Inicio de los síntomas de Parkinson
El comienzo de la enfermedad suele ser unilateral, siendo los síntomas más comunes el temblor y rigidez en las extremidades, la lentitud de movimiento y los problemas a nivel de equilibrio y de coordinación. Esta patología es más frecuente a medida que la persona envejece, especialmente a partir de los 60 años. Por lo general existe una mayor afectación entre hombres que entre mujeres.
Según la Federación Española de Parkinson (FEP), 1 de cada 5 personas tiene menos de 50 años en el momento del diagnóstico de Parkinson y un 30% no llega a desarrollar nunca el temblor. Un 90% de los casos son formas esporádicas, es decir, no se deben a una alteración genética concreta. No obstante, se estima que entre el 15% y el 25% de las personas que padecen esta patología cuentan con algún familiar que la ha desarrollado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Parkinson es el segundo trastorno neurodegenerativo más frecuente, tras el Alzheimer.
También existen otros síntomas no motores, como son la dificultad para pensar, depresión, cambios emocionales, trastornos del sueño, problemas de deglución, alteraciones esfinterianas (tanto retención como incontinencia urinaria), estreñimiento…
A medida que la enfermedad evoluciona, la afectación suele ser bilateral y los síntomas pueden llegar a impedir que la persona afectada camine o bien que pueda realizar sus actividades básicas de la vida diaria de forma independiente, como el aseo, el vestido o la alimentación…
Terapias contra el Parkinson
Por ello, la mayor parte de las terapias contra la enfermedad de Parkinson intentan mantener las capacidades durante el mayor tiempo posible, al igual que intentan mantener su funcionalidad y autonomía, ya que afecta a la calidad de vida tanto de los pacientes como de todo su entorno.
Unas de las terapias que más fuerza ha cobrado en los últimos tiempos es la Estimulación Cerebral No invasiva. La Estimulación Cerebral No Invasiva se basa en estimulaciones realizadas con campos magnéticos y con electricidad para modificar las capacidades plásticas del cerebro. De esta forma, se puede favorecer la recuperación o el tratamiento de síntomas que interfieren notablemente con la calidad de vida del paciente, aumentando su autonomía e independencia.
La Estimulación cerebral No Invasiva se lleva a cabo mediante diversas técnicas, como la Estimulación Magnética Transcraneal repetitiva (rTMS) y la Estimulación Eléctrica Transcraneal con Corriente Directa (tDCS). Estás técnicas son capaces de modular la actividad de la corteza cerebral y provocar cambios neuroquímicos y hormonales. Producen una estimulación selectiva de determinadas áreas del cerebro que, en función del protocolo aplicado, producirá aumento o disminución de la excitabilidad neuronal. Esto provoca que determinadas áreas del cerebro que presentan un funcionamiento anómalo puedan normalizar su actividad, reduciendo la sintomatología y manteniéndose sus efectos en el tiempo.
Estás técnicas de Estimulación Cerebral No Invasiva aplicadas a la enfermedad de Parkinson permiten reducir tanto los síntomas derivados del trastorno motor de la enfermedad, así como los síntomas asociados de manera significativa, frenando su progresión y mejorando la calidad de vida del paciente. Esto permite mantener su funcionalidad el mayor tiempo posible. Además de una mejora en la situación clínica, estas técnicas no invasivas tienen pocos efectos adversos y permiten su aplicación de forma ambulatoria ya que la duración media de cada sesión es de 45 minutos. Este tratamiento está avalado por las principales agencias internacionales de medicamentos, como la FDA (US Food and Drug Administration) y la EMA (Agencia Europea del Medicamento), así como por las guías clínicas más reputadas (NICE, CANMAT, NIMH, entre otras).
Qué podemos esperar en el futuro
En los próximos años podremos ver cómo aumenta la investigación de esta enfermedad tan frecuente y aumentan tanto los fármacos disponibles como las técnicas no invasivas, lo que puede contribuir de forma significativa a la reducción de síntomas y a la mejora en la calidad de vida del paciente y de sus familias.
Para aumentar la sensibilización hacia esta patología, el Día Mundial del Parkinson se celebra cada año el 11 de abril, tanto para aumentar la conciencia acerca de la enfermedad como para honrar a James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la enfermedad en 1817.

Sobre el autor
Dra. Isabel Bustamante
Neuróloga del Equipo Clínico de ATAM