La adopción ofrece una mejora de las oportunidades físicas, médicas, educacionales y psicológicas a los niños adoptados. Estos suelen haber vivido experiencias traumáticas tras haber sido abandonados por sus padres biológicos o separados por haber recibido un cuidado inadecuado.
Antecedentes de los niños adoptados
Estas vivencias previas que sufren los niños adoptados, se relacionan con un mayor riesgo de presentar diferentes trastornos médicos y psicológicos. Suelen presentar patología pediátrica general entre las que destacan las infecciones o trastornos nutricionales, consecuencia de la escasez de recursos durante sus primeras etapas de desarrollo y que suelen afectar al desarrollo global y psicosocial del niño. Por otro lado, presentan trastornos del neurodesarrollo, de la conducta o del vínculo, que se asocian a las experiencias traumáticas vividas previas a su adopción. Algunos expertos apuntan que por cada tres meses que un niño vive en una institución durante el primer año de vida, sufre un retraso de un mes en su desarrollo lingüístico, psicomotor y socio-afectivo. Esto podría deberse a la carencia de estimulación social y emocional que puede darse en suceder en los centros de protección de menores previas a la adopción.
Trastornos más comunes
En los primeros años de vida, el cerebro presenta un periodo desarrollo donde su capacidad para modificarse es máxima y está sujeta a las experiencias vividas en el entorno. Un ambiente de baja estimulación o situaciones de descuido infantil pueden modificar el curso de su desarrollo e influir en la salud física y mental a corto y a largo plazo. Los trastornos más comunes que presentan los niños adoptados son:
- Retrasos del desarrollo psicomotor o hipotonía: en algunos casos suelen ser secundarios al déficit nutricional y a la falta de ejercicio físico, por lo que suele ser susceptible de mejorar.
- Problemas de aprendizaje: no suelen ser un problema evidente en el momento de la adopción y se empiezan a manifestar a medio plazo. En ocasiones son secundarios a una capacidad atencional disminuida o déficits neurosensoriales o perceptivos no detectados.
- Retrasos del lenguaje: muchos factores influyen en este tipo de problemas. Desde una predisposición genética a las condiciones perinatales o las primeras vivencias en ambientes hipoestimulados. Una gran mayoría de los niños suelen adquirir de forma rápida una nueva lengua, aunque esto no parece ser un indicador del éxito académico.
- Trastornos de conducta y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) Los problemas en este ámbito suelen iniciarse en la preadolescencia con una mayor incidencia entre los 12 y los 15 años. El TDAH tiene una prevalencia del 20-25% en niños adoptados en comparación con el resto cuya prevalencia se estima en un 5% de la población infantil. Este aumento de casos puede deberse a que las situaciones adversas que viven hace que se desarrollen con mayor frecuencia los síntomas asociados al TDAH en aquellos niños con una predisposición genética previa.
- Problemas neurosensoriales o perceptivos: suponen un obstáculo para el desarrollo global en los niños adoptados si no son detectados precozmente.
- Trastornos neurológicos complejos: ligados a antecedentes perinatales como la prematuridad, exposición a tóxicos durante el embarazo, infecciones intrauterinas…etc. Esto sumado a la experiencia de institucionalización hace que aumenten el riesgo de secuelas neurológicas y psicológicas en el desarrollo de estos niños.
- Problemas psicológicos derivados de la adaptación a una nueva familia y cultura: La adolescencia, que supone la búsqueda de la propia identidad, suele ser una etapa más conflictiva en los niños adoptados.
Factores comunes a los trastornos
La patología, evolución y pronóstico del niño adoptado dependen de diversos factores que actúan conjuntamente. Se han identificado algunos factores claves en la influencia del desarrollo de patología posterior en niños adoptados como son:
- El país de procedencia, en general los niños adoptados procedentes del extranjero presentan una patología similar en cuanto al desarrollo. De cara a la intervención es útil conocer que patologías presentarán con más probabilidad los niños adoptados, de acuerdo con su país de origen. Los niños procedentes de China suelen acudir directamente a los centros de protección del menor debido a la legislación del país. Presentan más frecuentemente problemas de desnutrición, anemia ferropénica, raquitismo… etc. Las condiciones de vida en el orfanato incrementan el riesgo de padecer retrasos en el desarrollo motor, cognitivo, social y de adaptación debido a la falta de estímulo y afecto. En los niños procedentes de los países del este de Europa hay una alta prevalencia de situaciones de riesgo social que supone el abandono en orfanatos o la perdida de la patria potestad por descuido infantil. En los niños que proceden de estos países se observa una alta tasa de problemas de relación social y conductual. Los niños procedentes de Latinoamérica suelen presentar patología infecciosa y malnutrición que pueden influir en los retrasos de desarrollo.
- La edad en el momento de la adopción es un factor que influye en el pronóstico y evolución de las dificultades que pueden presentar los niños adoptados. La falta de estimulación en edades tempranas puede modificar la trayectoria de desarrollo cerebral. El cerebro es modificable y tiene plasticidad en todas las etapas de la vida, esta es mayor en edades tempranas. Lo que supone que cuanto más pequeño es el niño, más capacidad para reorganizar las conexiones cerebrales y obtener una mejor evolución.
- La cantidad de tiempo que viven en un orfanato y el tipo de calidad asistencial recibida influyen en el desarrollo de la patología neuropsicológica y los retrasos del desarrollo. Cuanto más tiempo haya pasado en una institución, más importante es valorar al niño en todos los aspectos.
Qué podemos hacer para mejorar la situación
Los retrasos del desarrollo que suceden en los niños que han sido adoptados en un gran porcentaje, pueden ser reversibles. Se debe ofrecer una adecuada comprensión del problema y estimulación temprana que aborde las necesidades que presenta en la actualidad y anticipe aquellas que se prevén que presenten en otras etapas del desarrollo evolutivo. Es importante por tanto, realizar evaluaciones periódicas tanto pediátricas y neurológicas como más específicas de desarrollo neuropsicológico. El objetivo de establecer la evolución y capacidad de recuperación del desarrollo tras los primeros años en su nuevo entorno y predecir y anticipar los posibles trastornos con el fin de intervenir de la forma más precoz posible.
La adopción supone la unión de dos sistemas que dan lugar a un nuevo sistema más complejo que es la familia adoptiva. ésta nueva organización requiere de un proceso de adaptación mutua que es complejo, por lo que los tratamientos psicológicos y de rehabilitación neuropsicológica que se han mostrado eficaces son aquellos que inician de forma precoz y atienden a todo el sistema familiar, interviniendo tanto con el niño como con la familia y el entorno. De esta forma se obtienen pautas de crianza efectiva y que permita la mejor evolución de los niños adoptados.
Los servicios autonómicos de postadopción y las asociaciones de adopción hacen una gran labor de preparación para el afrontamiento de las dificultades que se pueden derivar del proceso de adopción en las familias y en el desarrollo de los niños adoptados. Dentro de sus servicios de apoyo postadoptivo ofrecen asesoramiento, acompañamiento y seguimiento de la situación familiar. También ayudan a las familias a comprender y atender las necesidades que puedan tener sus hijos a lo largo del ciclo vital.
La asociación adopción punto de encuentro ofrece en su página web http://adopcionpuntodeencuentro.com un mapa de asociaciones y terapeutas especialistas en adopción que pueden apoyar a las familias en el proceso de postadopción.
Sobre el autor
María Laorden
Neuropsicóloga del Equipo Clínico de ATAM