Cómo lidiar con el dolor de cuello o cervicales

EQUIPO CLÍNICO DE ATAM

 

Dentro de los dolores de espalda, el dolor de cuello o cervical es uno de los más frecuentes, después del dolor lumbar (en la parte baja de la espalda).

Hay muchas posibles causas, si bien las más frecuentes suelen ser:

– Trabajar inclinado sobre un escritorio durante horas.

– Malas posturas durante el día o al dormir.

– Girar el cuello de forma brusca haciendo deporte.

– Levantar pesos demasiado rápido o en mala posición.

 

Otras causas son:

– Caída o accidente, latigazo cervical…

– Patologías como: Artritis o artrosis cervical, tortícolis, degeneración discal, espondilodiscitis, osteomielitis, neoplasias, osteoporosis, fibromialgia …

 

¿En quiénes se da con mayor frecuencia?

 

Es frecuente encontrar esta dolencia en profesiones muy sedentarias. Esta falta de ejercicio hace que los trabajadores tengan una musculatura muy débil en el cuello, resintiéndose con gran facilidad en cuanto se carga un poco más de lo habitual. Esto se ha hecho especialmente relevante en el último año, debido a un aumento del sedentarismo y el teletrabajo por la pandemia del COVID-19.

También es frecuente en aquellos oficios que exigen una gran sobrecarga de la musculatura cervical, debido a que trabajan muchas horas con el cuello inclinado hacia adelante. En este caso puede que la musculatura no sea débil pero el esfuerzo al que se le somete es mayor que su resistencia, apareciendo por ello el dolor. Ejemplo típico de estas profesiones son las mecanógrafas, las costureras y las personas que se encuentran en una cadena de montaje.

 

¿Cómo se presenta el dolor de cuello o cervicales?

 

Cuando aparece el dolor cervical, lo más habitual es notar un dolor localizado sin otros síntomas. En casos en que el dolor es mayor, puede producir una dificultad a la hora de realizar los movimientos de la cabeza. También en ocasiones asocia rigidez.

Sólo en algunos casos, puede asociar cefaleas (dolor de cabeza), mareos o náuseas, e incluso hormigueo o adormecimiento de los dedos de la mano.

 

¿Qué puedo hacer?

 

El primer paso es realizar un adecuado diagnóstico de nuestro problema, mediante la recogida de datos, una exploración clínica de la postura, movilidad cervical y zonas dolorosas, así como evaluación de la función de nervios y músculos en las extremidades. También las pruebas complementarias nos pueden ayudar, como las analíticas, pruebas de imagen (radiodiagnóstico) y las neurofisiológicas (electromiografía).

Si apareciesen síntomas como alteraciones de la sensibilidad o falta de fuerza en brazos o piernas, se debe consultar inmediatamente con un médico.

Una vez diagnosticado, el tratamiento del dolor cervical puede abordarse de diferentes maneras.

Lo primero y más sencillo es adoptar algunas sencillas medidas de higiene postural:

 

  • Se recomienda sentarse en sillas con respaldo vertical y evitar levantar pesos.
  • Evitar posturas de flexión o rotación del cuello durante un tiempo prolongado, como, por ejemplo, leer o estudiar con el libro apoyado en una mesa muy baja. Estas posturas se pueden evitar leyendo en asientos con reposabrazos o poniendo los libros en un atril en la mesa.
  • Elevar el ordenador o la televisión para que quede la pantalla a la altura de los ojos.
  • Dormir en un colchón firme, aunque no rígido. Usar almohadas blandas y delgadas, de unos 20 centímetros de diámetro, aplastadas en el medio.
  • La mejor postura para dormir es boca arriba o de lado, evitando dormir boca abajo.

 

Si con estas medidas el dolor no remite, se pueden ampliar según se requiera mediante:

 

  • Calor local: Se puede aplicar en forma de manta eléctrica, por ejemplo, o bien realizar duchas con agua caliente a presión, sobre cuello y hombros durante 10-15 minutos.
  • Fármacos como analgésicos-antiinflamatorios y/o miorrelajantes, siempre bajo supervisión médica.
  • Fisioterapia.
  • Infiltraciones.
  • Cirugía: indicada en muy pocas ocasiones.

 

Ejercicios básicos para realizar en casa

 

Además de todo lo anterior, hay algunos ejercicios que puedes realizar de forma sencilla en casa.

 

  1. Con una mano agarrada al asiento inclinar lateralmente del cuello hacia el otro lado con ayuda de la otra mano. Mantener 15-30 segundos y volver a la posición inicial. Repetir 3 veces.

  1. Con una mano agarrada al asiento realizar flexión máxima y rotación del cuello hacia el otro lado con ayuda de la otra mano. Mantener 15-30 segundos y volver a la posición inicial. Repetir 3 veces.

 

 

  1. Con ambas manos en los muslos realizar flexión máxima del cuello. Mantener 15-30 segundos y volver a la posición inicial. Repetir 3 veces.

 

  1. Mientras se echa aire por la boca llevar lentamente los hombros, por este orden, hacia arriba, hacia delante, hacia atrás, de nuevo hacia arriba y tras ello a la posición inicial. Repetir 3 veces.

 

Sobre el autor

Dr. César Hernández de la Peña

Médico rehabilitador del Equipo Clínico de ATAM

© Atam para el Apoyo Familiar 2020